Cuidadosamente encuadernado en nuestras manos el documento que resume nuestra importantísima contribución al avance científico, ha llegado el momento de hacerlo público!
En DPTIC hemos comenzado... publicándolo en una revista científica!
Bueno... no hemos llegado a enviarlo... pero hasta ahí, ya lo hemos hecho todo! Ya está bien puesto el título, los autores y su procedencia académica, el abstract, las palabras clave, la "introducción", con el estado de la cuestión y sus citas bibliográficas adecuadas (sistema Harvard, porfa!); la metodología, técnicas y procedimientos, los resultados, las conclusiones, los "agradecimientos" y la sucinta bibliografia, toda la citada en las notas y solo la citada. ¡Todo en cuatro páginas!
Nuestro generador nos ha proporcionado la base, pero tiene más agujeros que un colador, porque, de verdad, es solo un "preprint" para su "aceptación" como ponencia. Transformarlo en un artículo perfecto es ya un simple juego, al que los creadores del programa no han querido jugar.
Porque lo tenían fácil! De hecho, una contribución a una reunión científica, en el momento actual, ya no se diferencia de un preprint para revista más que en los pequeños detalles estéticos propios de la revista. Tan es así que los autores son ya animados a dejar el entrañable Microsoft Word y pasar directamente al LaTex, que no es el material de ningún colchón, sino el "editor" de textos de moda en el ámbito científico.
La mayor ventaja del LaTex, además de su adecuación al lenguaje simbólico, es la facilidad con que se puede reformatear el texto y demás elementos de un artículo para adecuarlos a la estética de cada publicación.
La mayor desventaja, para los forofos del Word, es que no es WYSWYG, o sea, que para ver como queda lo que escribes debes "traducirlo" con el programa o programas que interpretan el código. Hay que familiarizarse con la sintaxis de los "comandos", algo que el "estilo" Microsoft parece querer combatir desesperadamente. Word es, aparentemente, más fácil, sí. Pero en el medio académico de vanguardia, con matemáticos y físicos a la cabeza, es casi, casi, pecado!
Hay que aprender LaTex! En el fondo, no es más que un pequeño ritual, otro más, del mundo académico actual! Un buen tutorial sobre qué hacer para empezar está aquí!
Artículos y ponencias se configuran así como los documentos tipo en el ámbito de la información científica y el primer destilado de nuestro documento de literatura gris.
Pero no acaba ahí, ni mucho menos, el rico mundo de los destilados! Un destilado más concentrado todavía es... el panel! Ya son generaciones de meritorios las que se han roto la crisma contra la "imposibilidad" de poner en una simple hoja, grande pero una, el trabajo de años.
En el panel nos hemos quedado, tratando de que Power Point... y la empresa de reprografía tengan piedad de nosotros!
En COTC hemos seguido, literalmente, dando pasos. Metidos en la escena, frente al expectante auditorio, hemos roto las cadenas. Hasta pegados a una silla podemos mover un montón de cosas!
Las manos. Hemos comenzado a mirarnos las manos. De repente, una idea nos ha golpeado: "gestos simétricos, mensajes simples; gestos asimétricos, mensajes complejos".
¿Será verdad? Solo hay una manera de comprobarlo: haciéndolo! Menos mal que estábamos todos en el ajo y, serios, hemos comenzado mover brazos, a juntar manos y a levantar dedos. Comunicación pura y dura!
Al espejo! Súbitamente, otra idea: ¿Qué expresamos? Haciendo honor a nuestra condición de científicos hemos clasificado los gestos manuales básicos en emocionales, descriptivos y explicativos. Discutiendo sobre las diferencias entre descriptivos y explicativos nos hemos quedado.
Casi, casi, hemos apremiado demasiado a Antonio. Un poco de paciencia, ensayo y constancia!
Para estas vacaciones tenemos un divertido deber para casa: ver manos! ¡Analizar el movimiento de manos de la gente y correlacionarlo con sus palabras! La vuelta promete ser divertida!