¡Somos... "expertos"! ¡Ya somos expertos, al menos... en museos de primera, segunda y tercera generación!
Nos lo hemos ganado. Tras nuestra visita de hoy al Museo de la Ciencia, de Valencia, nuestros conocimientos, tanto teóricos como prácticos, nos otorgan tan honroso título. El problema es... si también nos lo otorgan los conservadores!
Porque conservadores conservadores ya no somos demasiado, no. Las experiencias prácticas, el manipular las cosas en directo, el ver a la gente, nos ha enseñado muchas cosas y nos ha derribado algunos mitos. Hoy ha caído el de la interactividad... y alguna imagen apriorística que traíamos encima, verdad?
La visita ha sido intensa. Hábiles analistas de puertas, guardarropas, aliviaderos y túneles de aclimatación, hemos entrado, decididos... para sentirnos como cabras en garaje. A nuestra costa hemos aprendido eso de los recorridos en "archipiélago", tan opuestos a los ricos recorridos en autopista, tan ordenados ellos. Hemos aprendido también alguna técnica que otra, como aquella de las direcciones privilegiadas. No lo olvidaremos, no.
Islote 1. El Exploratorio La magia de la óptica, la mecánica y la acústica. Una incierta aura de físicos nos rodeaba al salir.
Islote 2. Más física y mates y goles. A lo del mareo espacial no nos hemos animado, no. A leer todos los paneles tampoco.
Islote 3.... esto... ¿Cual era?
Imbuidos de ciencia, de botones y del síndrome interactivo-hiperactivo, hemos llevado nuestros pasos al reposo de los premios Nóbel. Esta vez, sí. Todos los paneles nos hemos leído, todos.
Apenados por el fin de la experiencia y por ver las apatitosas mesas de abajo, hemos ido a consolarnos con la última exposición del museo: Félix y la naturaleza. Novedad museológica en estado puro. Pena que tan poca gente disfrutase de ella! Vale la pena analizar la noticia de prensa. Pinchad en Félix !
Acompañados por el coro de la cena, hemos ido al Amazonas. Casi, casi un parque temático nos hemos encontrado, antes de sumergirnos en el "Bosque de los cromosomas"... y en un bienaventurado servicio. uf! Gracias, Calatrava! Concienzudo análisis, toma de tensión y síndrome del investigador-museólogo.
Merecida pausa y vuelta a clase. La sala de prensa, que amablemente nos ha cedido el museo, nos ha visto analizar las virtudes y defectos de la tercera generación, en su tiempo y en el nuestro. La imagen del "superlaboratorio de instituto" nos venía con fuerza. Pena que no fuese como en el instituto, con el profe explicando hasta las comas, muchos medios y, sobre todo, muchas visitas. ¡Hasta hubiéramos aprobado la física a la primera! La física de anteayer, pero esa es otra historia...
Un poco pensativos hemos atravesado el interface interior-exterior. A casa, por fin! Hasta el martes, que el profe ha prometido que comenzamos a construir!