Hasta hoy, lunes 22 de enero de 2007, en MCA2007, cual museólogos justicieros, nos hemos dedicado a sacar a la luz los "trapos sucios" históricos de los museos. Sus orígenes genéticos, sus logros, sus virtudes y sus vicios, sus enfermedades, congénitas y adquiridas y los mitos que en su torno se han creado, han aparecido ante nosotros, teórica y prácticamente, a lo largo de las clases y visitas realizadas.
Necesitábamos hacer una reestructuración intelectual. Para ir "más allá", necesitábamos pararnos y reflexionar un poco sobre ideas que quizá estábamos aceptando como "naturales", "universales" (recordad el bolígrafo que "cae") y que son "histórico-sociales", es decir, ligadas a una sociedad y a un tiempo. Utilizando, más o menos explícitamente, los métodos del análisis histórico, la hemos hecho. Era necesaria para entender lo que viene ahora.
Además de aprender alguno de esos métodos, hemos encontrado muchas cosas. Hemos encontrado puertas, pasillos, funcionarios, objetos, paneles, maquetas, interactivos, audiovisuales y escenarios vivos, teatros, burbujas... Hemos encontrado grandes edificios y grandes palabras. Quizá, lo que menos hemos encontrado es... gente!
Eso es lo que vamos a buscar a partir de ahora. Gente. Vamos a buscar gente, con los peligros que eso comporta. Sabemos donde hay mucha gente. Hay gente en los campos de fútbol. Hay gente en las calles de una ciudad en fiestas. Hay gente en zonas saturadas de marcha. Hay gente en los centros comerciales en rebajas. Hay gente tras el televisor en horas de telebasura.
¿Quizá nuestra mente "intelectual" se inquieta? ¡Estamos hablando de CULTURA! ¿Qué tiene que ver toda esa gente con la CULTURA?
Mirémoslo de otro modo. ¿Qué tiene que ver un almacén permanentemente vacío con la cultura? ¡Qué tiene que ver un libro nunca leído con la cultura? ¡Qué tiene que ver una conferencia ante un auditorio de sillas con la cultura? ¡Que tiene que ver un documental en la tele, de "share" cero, con la cultura? "La "cultura" es una característica de la Humanidad, es decir, de la gente y del lugar y de la época en la que vive. La soledad del "creador de cultura" solo es creativa cuando le sirve para evolucionar hacia la compañía, presente o futura. La cultura necesita de la gente.
Vayamos un poco más allá. ¿La gente necesita de la "cultura"? ¿Qué es "cultura"?
Ya no caeremos en la trampa. Qué es cultura... cuando, donde, para quién? ¿Qué es "cultura" aquí y ahora, en una sociedad democrática del mundo industrial avanzado? ¡Que "cultura" necesita nuestra sociedad? ¿Cultura de masas? ¿Cultura de élites? ¿Quizá "cultura" es también un "concepto", con las bromas que nos gastan los conceptos? ¿Y si nuestro concepto de "cultura" fuera todavía del siglo XVIII, o del XIX, o del XX?
De nuevo el fantasma del "Mundo feliz", el Brave New World de Aldous Huxley nos acecha. No sería "políticamente correcto", en una sociedad democrática industrial avanzada, clasificar a la "gente" y a su posible descendencia, de por vida e inexorablemente, como gammas, o deltas, o épsilons. Cultura para alfas; cultura para deltas...
Sea lo que sea la "cultura", al menos la cultura promovida desde los poderes públicos, en la sociedad democrática industrial avanzada del siglo XXI, debe estar al servicio "de la gente", de todos. Y eso implica que para comunicar con la gente, hay que aprender de la gente.
Ahí vamos. Vamos a buscar a la gente. Y vamos a descubrir porqué "hay gente" donde la hay. Y vamos a aprender de eso para avanzar en nuestro análisis de los museos, de su evolución histórica, de su evolución social... y de su evolución actual...